Encerradas

Pasaban las 11 de la mañana de un miércoles cualquiera. Estmos en la oficina y nos hacen falta unos cds que creemos que están en nuestro «almacén» asique decidimos ir a buscarlos. Comentar que el «almacén» es un trastero que dista unos pocos metros de la oficina por lo que es el lugar perfecto, hasta ayer…

Entramos por el portal, abrimos la primera puerta que da acceso a la zona de escaleras, abrimos la segunda puerta que da acceso a la entrada de la zona de trasteros y abrimos la tercera puerta para acceder, por fin, a la zona de trasteros. Encendemos la luz, ah, no, la apagamos, vaya, hay gente, perdón…

Accedemos al trastero, buscamos los cds, no están… pues nada, de vuelta a la oficina. Cerramos el trastero, vamos a la primera puerta… cerrada con llave… ¿que tipo de vecinos, sabiendo que hay gente dentro cierran?, no pasa nada, tenemos llave. Que raro, parece que la llave gira demasiado dentro de la cerradura, como si estuviera pasada de rosca… quizá no sea esta la llave, probemos con otra… tampoco… ¡estamos encerradas!.

2013-04-17 11.41.50

¡Que no cunda el pánico! ¿ móvil? ¡tenemos! ¿cobertura? ¡una línea, suficiente!, ¿batería? ¡de momento sí! y ahora, ¿que hacemos?…

Lo primero, nadie sabe que estamos aquí, comuniquemos nuestra posición. Contactamos con Borja por whatsup (que 0.89 céntimos mas bien invertidos 😉 ) le comunicamos que estamos encerradas y que si no aparecemos en unos días (cosa que no descartamos ya que por allí no pasa mucha gente) al menos que sepan donde encontrar nuestros cadáveres… Se ofrece a venir a rescatarnos  en un caballo blanco (cree que encontrar caballo blanco en esa zona de la ciudad no será difícil, jajaja) pero le decimos que espere, vamos a pensar otras opciones antes.

Volvemos al trastero, si hay algún destornillador quizá podamos soltar la manilla de la puerta y abrirla, total, solo es una puerta blindada de esas metálicas que pesan una tonelada… no encontramos destornillador…

Bueno, estamos cerca de la oficina, llamamos a Laura: ring…  «puede que te suene raro pero estamos encerradas, ¿podrías venir a tocar las narices a los vecinos, tocando todos los timbres, y preguntar si alguno tiene llave?». La oímos entrar en el portal, y hablar con alguien, pero parece que no tiene llave…

Sin saber muy bien como, en uno de los muchos intentos Abi consigue abrir la primera puerta ¡somos libres!, metemos la llave en la otra cerradura y… ¡joder, esta tampoco abre desde dentro! y ahora además en la cerradura entran y giran las 4 llaves que tenemos, muchas más combinaciones posibles… a seguir probando…

Seguimos oyendo voces, hay más vecinos, nos comunicamos a gritos pero de nuevo, nadie tiene llaves. Entonces pensamos en llamar a la policía para que tiren la puerta (los cerrajeros, en estos casos, salen caros y nuestra libertad, a estas alturas, aun no valía 80€).

Llamamos a Raquel para ver si podía venir ¿el plan? hacer guardia delante de la puerta del garaje, esperar a que entre algún coche, colarse tras él, acceder a la escalera interior y desde ahí a la zona de trasteros, entonces podríamos pasarle las llaves por debajo de la puerta y ella abriría desde fuera… como veis, las estrategias cada vez estaban más elaboradas.

Entre tanto, cansadas ya de probar llaves, en un último intento, haciendo fuerza me doy cuenta de que giraba el bombín completo. Continué a lo bruto y la puerta se abrió… sí, probablemente quedará inservible pero ¡eramos libres!, por si acaso salimos de allí corriendo…

Siempre he oído que de todas las experiencias se aprende algo.. de esta, yo he aprendido que:

  • No tengo claustrofobia.
  • Eso del clip en la cerradura solo funciona en la tele (o cuando sabes lo que hay que hacer).
  • Aunque joda, al final lo de la fuerza bruta funciona.
  • Lo de llevar una navaja suiza en el bolso nunca está de más.
  • Hay que buscar «almacén» nuevo.

Cada vez me ocurren más cosas raras, no os extrañe que en breve me encierre en casa cual ermitaño.

Besos a tod@s y disfrutad de la libertad

navaja-suiza

2 comentarios en “Encerradas”

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