Un año más llega la hora … ¡vacaciones! aunque esta vez con algunas novedades.
- Noviembre: por primera vez desde hace mucho voy de vacaciones en esta época y, lo que es mejor, voy a un lugar en el que no es invierno. He empezado a organizar la maleta y no recordaba el espacio que hay cuando no tienes que meter jerseys, chaquetas y demás ropa de abrigo.
- Argentina: por fin con tiempo para visitar como se merece la ciudad de Buenos Aires. Serán algo más de 2 semanas donde tendré la ocasión de ir de boda (recordar que si no se celebran fuera de España no suelo ir), de comer algún que otro asado, espero poder ir a alguna cancha ver futbol en directo, de ver algún espectáculo en el Colón, de visitar el Ateneo, de perderme por Palermo, Corrientes, Caminito… ¡no puedo esperar!
- Idioma: en mis últimos viajes no había opción con lo del idioma tocaba hablar en inglés sí o sí. Y no es que me defienda mal en la lengua de Shakespeare pero eso de tener que pensar las cosas antes de hablar para intentar hacerte entender cuesta un poco. Asique, por fin podré relajarme y comunicarme en mi idioma … ¿o no?.
Pues eso creía pero, me puse a pensar en lo del idioma y creo que tengo que tener en cuenta algunas cosas:
- No debería coger el avión ni el tren ni abotonarme la ropa ni pinchar en la comida.
- Si me desplazo lo haré en combi, bondi, subte o colectivo.
- Si voy a la cancha de fútbol veré la barra brava pero no servirán bebidas. Si hay que reclamar tendré que gritar pidiendo penal o orsai y supongo que tendré que contestar si soy bostera o gallina aunque dicen que algunos son re-amargos.
- Espero no encontrarme con ningún chorro que me afane la cámara o el celular (que cuestan su guita) porque lo de llamar a la batidora o la cana puede ser un quilombo.
- Intentaré bajarme toda la birra y el asado posible y llenar bien la buzarda que para eso estaré de vacaciones. ¿El objetivo? nada de laburar y apolillar un poco. Y si me llaman para alguna joda, iré al toque.
- No debo extrañarme si me llaman gallega aunque sea de Bilbao ni molestarme si me llaman gorda ni sorprenderme si me llaman flaca (aunque sería la primera vez 🙂 ). No tengo claro si tengo buenas gambas pero lo de que me llamen mina lo tengo asumido, ¡obvio!.
- Podré decir cosas como «me cabió» sin cometer errores gramaticales y tendré que añadir un «re» delante de todas las palabras que quiera destacar, está re-claro.
- En cuanto a comida, ya que vamos de casamiento espero tomar algunos escabios. Las facturas por allí creo que se comen (por aquí no será por ganas) y a ver que cara ponen cuando diga que no bebo mate ni me gusta el fernet.
- Si vamos a Montevideo espero no tener que llamar a Hugo en el barco, me gustaría conocer algo más de los yoruguas.
- A ver si con lo del idioma no me boludean demasiado seguro habrá algún pendejo pero siempre podemos cagarle a pedos.
- Y, después de todo esto espero no hacerme dramas con el cobre (últimamente no tengo tanto filo), no sé, quizá nos crucemos con algún bacán.
Y esto son solo algunos ejemplos… Para que no haya dudas, ¡no chamullo lunfardo! … y a veces tengo dudas de si hablo español.
Pero bueno, a pesar de todo, si el barba quiere seguro será un gran viaje.
¿Algo importante de lo que me olvide?